Hay que reconocer que la Riad es muy bonita y se nota que tuvo un gran pasado. En la actualidad se está apagando como una vela por falta de gestión adecuada. Las habitaciones son austeras pero bonitas. El servicio, pésimo. Solo hablan francés y marroquí y ningún esfuerzo por intentar entender, una única excepción es la recepcionista portuguesa, la única que aporta sentido de servicio y brillo al riad. Cuando llegamos, la habitación estaba relativamente limpia, pero en los 5 días que estuvimos no la limpiaron ni una vez. Total ausencia de toallas y ni hablemos de jabón. El desayuno austero, pero bien. Acorde con el precio. Lejos de Jamaa el fna (unos 30min) que por la medina es perderse seguro mas de una vez.
En resumen. Si buscas lugar con encanto lejos de turisteo bien, si buscas servicio... Mejor busca otro