El hotel es pequeño pero las habitaciones muy confortables (por lo menos la que nos tocó), lo único que hay que aclarar, es que solo hay escaleras para subir y son un poco angostas y cuesta trabajo moverse con maletas grandes y pesadas. De cualquier forma, nos las subieron a 2 pisos. La atención es muy buena y se esfuerzan por tratar de entenderte en inglés. El check in lo tienes que hacer un poco mas arriba, y la calle es una pendiente medianamente pronunciada. Creo que no es apto para personas discapacitadas, con una condición física mala, de edad avanzada o con sobrepeso, porque bajar y subir por lo menos 1 vez al día es complicado. De cualquier manera lo recomiendo mucho. Rompe con lo cotidiano de la gente seria y a veces grosera que te atiende en Republica Checa.